Escrito 2014
Estas últimas 2 semanas he subido el cerro 3 veces. Una vez el Pochoco sola, otra con la Chofa y otra con la Luli (el Manquehue). Estas vacaciones quería subir la mayoría de los días, pero nadie nunca me apañaba, porque como dicen, es una paja jaja. Después de insistir por un mes a todos mis conocidos que subiéramos, me aburrí y decidí ir sola. Por lo único que no subía era porque creía que era muy peligroso hacerlo sola, siempre todos advierten que en el cerro pasan cosas. Pero filo, subí sola y lo pasé increíble, me demoré unas 5 horas en total (muchísimo) y me perdí por lo menos 9 veces. El Pochoco es un cerro muy engañador, está lleno de caminitos que no llegan a ninguna parte más que acantilados, y partes muy empinadas.
Me gusta subir el cerro porque me da mucho tiempo para pensar. Esté o no acompañada, puedo pensar. Si estoy con alguien, pienso en lo que me dicen y en mis curiosidades y en entender sus puntos de vista. Si estoy sola, pienso en los rollos que me paso, de lo que quiero hacer con mi vida, de la gente que enverdad vale la pena pasar tiempo con, de cosas que me importan. De repente pienso en las distintas posibilidades del cerro. Por ejemplo, que el cerro tiene alma y por eso es tan deceiving, o que algunas personas con las que te encuentras son fantasmas, o espíritus que están ahí como a la orden del Pochoco.
De repente pienso en los peligros. En esa foto estoy sentada en una piedra, en la cual si hago un movimiento mal me caigo y me pego con las piedras y tal vez me mato. Si voy escuchando música, a veces me motivo mucho.
Cuando llego al peak me siento seca! Muy deportista y muy relajada, me siento distinta al resto del mundo. Es bacán. La vez que subí sola me sentí demasiado aventurera, era la segunda vez después de 5 años más o menos, que lo subía. No me sabía el camino pero lo hice igual.
Cuando voy con gente es muy choro porque conversamos y comemos.
La conversa es siempre demasiado entretenida, nunca es incómodo y siempre conozco algo más de las personas con quienes voy.
Es lo mejor subir cerros, acompañada o no acompañada. Te ayuda a conocerte y a tranquilizarte. Te ayuda a conocer a los demás también. Es precioso además, y si tienes suerte como la Chofa y yo, tal vez veas 3 cóndores juntos al mismo tiempo en la cima.
Subir cerros es de valientes y es un regalito para el cuerpo y la mente. Es una fortuna contar con cerros de acceso libredentro de la ciudad.